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martes, 13 de febrero de 2018

La maldad en el siglo XXI

Hacía ya bastantes fechas que no tomaba el lápiz y escribía, me inhibía de tratar el tema de Cataluña que no entiendo y sigo sin entender.

Pero me dolía pertenecer a una humanidad en la que unos bestias sin humanidad se dejaban llevar por los celos unos, por el sentimiento de propiedad disfrazado de amor, por la brutalidad en suma asesinaban a mujeres a las que en otro tiempo habían amado e incluso habían sido correspondidos.

La violencia en suma es el ejercicio  de someter al violentado a la voluntad del violento por la palabra en un primer momento pero por la fuerza en un segundo paso, llegando a la eliminación física si el violentado opone resistencia.

La violencia en la pareja, el acoso escolar, el acoso sexual es en esencia someter al otro a nuestra voluntad haciendo uso de la situación dominante, ejerciendo un poder omnímodo a veces chantajista a veces soberbio sin más.

Pero como en todos los ámbitos de la vida, la violencia no es solo la ejercida por un hombre contra su pareja, sea esta mujer u hombre, o de un alumno brutalizado hacia otro mas débil o de un poderoso sobre alguien en posición mas desfavorecida.  No,  también el estado ejerce violencia contra sus habitantes en forma de un gobierno corrupto, bajo la forma de unas leyes injustas que se lo ponen difícil al mas débil y favoreciendo al mas poderoso que está aplastando al que  menos tiene. 

Las leyes injustas que posibilitan al empresario sin escrúpulos dejar sin trabajo y arruinar la vida de sus empleados a los que el estado no da a su vez la cobertura necesaria para paliar su nueva situación económica.

Leyes injustas que facilitan a los ayuntamientos la venta de sus viviendas sociales a fondos "buitres" comandados por hijos de políticos del partido en el poder. 

Leyes que posibilitan que los gobiernos en el poder puedan poner a su antojo jueces y fiscales afines para arruinar investigaciones, instrucciones  de casos de corrupción y enjuiciar de manera flexible y favorable para paliar las posibles penas derivadas de su delito.

O violencia internacional, la que ejercen los gobiernos desobedeciendo los acuerdos internacionales en materia de acogida de refugiados , bien sean políticos o económicos a  los que antes han arruinado sus países por la vía de la extinción de materias primas bajo su suelo o por las guerras necesarias para que el tráfico de armas no se pare.

Violencia terrorista  de los islamistas operando bajo oscuros intereses de los poderes internacionales.

La maldad se ha aposentado en el siglo XXI y no parece que vaya a dejarnos vivir tranquilos.

Pero si hay algo peor que la violencia constatada es la reacción de la sociedad buscando protección en aras de la seguridad : los muros entre Mejico y los Estados Unidos de Norteamérica , la pena de Prisión Permanente Revisable en España o los cerrojos fronterizos para evitar las migraciones de los países mas desfavorecidos.

Con este (des)orden mundial me pregunto : ¿donde están los valores que se preconizaron hace 100 años y que trastocaron el régimen feudal en libertades cívicas? ¿que fue de aquel principio de solidaridad marxista "de quien mas puede para quien mas necesita"?.
La maldad humana posibilitó que valores positivos  se volvieran negativos y que el marxismo nada tuviera que ver con los soviets stalinistas ni con el fascismo ni con el capitalismo atroz y destructivo. 

Creo que siempre la humanidad ha estado en malas manos y ahora no iba a ser una excepción.

De las atrocidades del siglo XX a las del siglo XXI y tiro porque me toca.



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