Ayer
con motivo de un mensaje viral que circula por las redes me asaltó
una duda metafísica : "La salvación de las almas es cosa
pública o privada".
En mi
caso y desde un punto de vista laico o ateo o descreído, no me cabe
duda y niego la mayor : No hay salvación ni condena de almas, ni
siquiera creo en que haya almas, de la manera en que nos la presenta
los líderes religiosos de confesiones islámico-judeo-cristianas.
Pero ese no es el debate que quiero suscitar aquí, aquí quiero
hablar sobre el mensaje que cierto personaje de la escena del papel
couché, ha suscitado por todas las redes sociales en respuesta a la
proposición no de ley animada por Podemos sobre la oportunidad de la
misa católica los domingos por la segunda cadena pública.
Aquí
es donde mi duda se disipa totalmente : La misa católica, su rito,
liturgias y ceremoniales son aspectos privados de
la vida de las personas y por tanto no deben consumir recursos
públicos. De la misma manera que la senda liberal es proclive a que
cada cual se pague su sanidad con su dinero, es decir privatizar la
salud corporal, debería ser consecuente y privatizar también
la salud espiritual. Dicho crudamente : quien quiera salvar su
alma, que se lo pague.
En la
constitución española se dice en el articulo 16 punto 3 sobre la
libertad ideológica y religiosa : "Ninguna confesión tendrá
carácter estatal. Los poderes públicos tendrán en cuenta las
creencias religiosas de la sociedad española y mantendrán las
consiguientes relaciones de cooperación con la Iglesia Católica y
las demás confesiones".
No
parece compadecerse mucho el hecho de que "ninguna confesión
religiosa tendrá carácter estatal" y que en la misma frase se
asegure la permanencia del concordato con el Vaticano y se den con
dinero público en la TV pública los ritos y ceremoniales de una de
las confesiones religiosas que además goza de unos privilegios que
ya datan de tiempos de la dictadura de Franco y que sustraen de
las arcas públicas mas de once mil millones de euros anuales,
derivados de ese concordato que además obliga a soportar la
subvención de escuelas religiosas donde se adoctrina chavales para
asegurar el futuro sostenimiento de la economía de esta creencia
religiosa.
Los
católicos tienen todo el derecho a reivindicar la misa radiada y/o
televisada pero busquen en las cadenas privadas, que seguro
encontrarán en la cadena amarilla de los obispos un huequito todos
los domingos y fiestas de guardar para escuchar su santa misa, y
déjennos en paz a los que no queremos esos ritos en nuestra vida, y
menos aún si nos va a costar dinero.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Para comentar, escribe aqui debajo :